LA ERMITA Y LA FIESTA DEL 3 DE MAYO, EN VILLALDAMA
Por Pedro Nabor González Cárdenas
En todos los pueblos de esta región vemos plantada una cruz en la loma más cercana a la comunidad, este es el símbolo del paso de los evangelizadores de la época de la Colonia. En nuestro caso, fueron los franciscanos del Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. En Villaldama en particular quien nos dejó su huella fue Fray Antonio Margil de Jesús, este Santo Varón tenía la costumbre de llegar y salir de los pueblos cantando el “Alabado” cuya última estrofa se le atribuye a su inspiración y dice lo siguiente: “El que a Dios, quiere seguir/ Y a su reino quiera entrar/ Una cosa a de decir/ Y de corazón clamar:/ “Antes de pecar morir;/ morir, antes de pecar”. Cuando funda el Hospicio, lo hace bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe; pero a su llegada ya existía un Templo, que era la sede de la Parroquia, cuya advocación era el Apóstol San Pedro y estaba a cargo de un sacerdote secular, que dependía del Obispado de Guadalajara.
El documento más antiguo que encontré relacionado con las fiestas religiosas y civiles, data del 22 de diciembre de 1799, y dice: “… que los Capitanes del Real piden licencia para efectuar corridas de toros en la plaza del Real, según se ha acostumbrado, para la solemnización de sus fiestas al culto de la Purísima Concepción y de Nuestra Señora de Guadalupe”. Lo mismo pasa en 1801. En mayo de 1825, dicen que desde que se juró la Constitución Española, se ha dejado de amenazar a los vecinos con las multas que se les imponía en los bandos que publicaban anualmente los Alcaldes Constitucionales, a efecto de que cada vecino ponga en la plaza el cajón o cajones que ha acostumbrado poner en el cerco de enramada para la procesión de Corpus. En junio de este mismo año se hace la elección de capitanes para la función del Santo Apóstol San Pedro, Patrono titular de esta jurisdicción. En 1830 se sigue festejando al Santo Apóstol San Pedro. Enero 1o. de 1849, Se autorizan las funciones de la Iglesia y la corrida de toros, ya que en los años 46,47 y 48 por las circunstancias pasadas no tuvieron verificativo (la invasión norteamericana). Joaquín Cazo. Ignacio Ramos, Secretario. En 1862 , El festejo es para Nuestra Señora de Guadalupe, a partir del 8 de febrero habrá corrida de toros, toda clase de diversiones públicas permitidas por la ley y aprovechará el vecindario para vender toda clase de efectos y frutas agrícolas.
A partir de esta fecha ya no se mencionan las fiestas religiosas, posiblemente con motivo de las Leyes de Reforma donde se da la separación de la Iglesia y el Estado. Las fiestas son ahora para exaltar nuestra independencia y soberanía nacional; y las festividades civiles son: en el mes de Septiembre, la Independencia y en Mayo, la Batalla de Puebla. Pero se siguen haciendo fiestas anuales más no en una fecha determinada.
Esta es una nota periodística que apareció el 15 de mayo de 1887: “La Santa Cruz”. En la Ermita de Villaldama se celebró con mucha pompa la fiesta de la Santa Cruz por lo mineros de la localidad, hubo fuegos artificiales, bailes públicos y en fin el regocijo fue completo y todavía hay ilusos que creen que el catolicismo se va”.
Por eso considero que las peregrinaciones a la Ermita de la Santa Cruz son más recientes, aunque es una devoción, como lo dije al principió, que nos dejaron los franciscanos.
Existe un documento en el Archivo del Estado y del cual conservo una copia, es una solicitud de don Antonio González y Santos al Gobierno del Estado, para que le permitan hacer un sepulcro para él y su familia en la Loma de La Cruz y el Gobierno del Estado le contesta lo siguiente: “Monterrey, Octubre 4 de 1874.- En vista del informe anterior y de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 3o. de la ley del 31 de julio de 1859, el Gobierno concede al C. Antonio González y Santos el permiso que solicita para construir un panteón para él y su familia en la Loma de “La Cruz”, que se halla inmediata a Villaldama, siempre que ese terreno sea de su propiedad o pueda adquirirlo de su actual dueño, con quien podrá entenderse respecto a ese punto, previniéndosele cuide de dar exacto cumplimiento a lo mandado en el final del citado artículo 3o. transcríbase este decreto al C. Alcalde 1o. de Villaldama, insertándole el referido artículo 3o. para que lo notifique al interesado, transcribiéndose también al ciudadano juez del Registro Civil de dicha Villa para su conocimiento y fines consiguientes. Archívese este instancia. Dos firmas”.
Si esto se realizó, pudiera ser el origen de la primera Capilla de la Ermita. De lo que si estoy seguro es que el 24 de octubre de 1891, ya existía la Ermita inclusive tenía una campana, por un escrito que encontré en un libro que perteneció a la Parroquia de Villaldama. Me platica la Profra. Gloria Martha Guerrero Ortegón, que ella se acuerda que en su niñez, sacaban la Santa Cruz de la casa de don Jesús Salazar, hermano de doña Chita abuela de Amelia Garza y la llevaban al pie de la Loma de la Santa Cruz, a la casa de Simoncito; y doña Elvira, esposa del Sr. Delfino Garza, rezaba el rosario y la novena.
El Padre Nabor Villegas fue quien le dio gran impulso a la obra material, ampliando la Capilla y construyendo toda la escalinata; y sobre todo al entusiasmo y alegría que se le impuso a la festividad, cuando se nombraban “los Capitanes”, inculcando con esto, el amor solidario a su pueblo y fortaleciendo la identidad.