EUGENIO DIEGO GUERRERO
Una vida celeste y musical
Por Francisco José (Paco) Guerrero
Escribir estas líneas acerca de mi hermano “Keno” me significa volver a llorar su muerte temprana, volver a reír su eterna alegría, volver a mirar las travesuras de un niño celestial, volver a vibrar sus notas musicales y volver a la infancia y abrazar a los amigos mutuos que nos vieron jugar, crecer, irnos y regresar donde se dan cita los bien nacidos: Villaldama.
Un día, recibí la invitación de Ismael y de Pedro para escribir estas notas, después nos reunimos con el Padre Guillermo y convenimos en que el “Keno” era para nosotros y para nuestro pueblo una figura importante, como los somos todos los que andando caminos y hurgando en otros mundos, nos acordamos siempre de Villaldama. El “Keno" llevó cotidianamente a flor de piel esta tierra, esta gente y sus recuerdos de infancia, a los cuales vivió aferrado hasta que Dios lo llamó para enriquecer sus notas celestiales, seguramente le faltaba una buen “bajista” y se decidió por el mejor.
Eugenio Diego Guerrero nació en Villaldama el 15 de Septiembre (igual que surgió México a su vida independiente allá por 1810, al tañer de las campanas libertarias impulsadas por la mano vigorosa de don Miguel Hidalgo) del año de 1947.
Los tres primeros años de su educación primaria los cursó en la Escuela “Miguel F. Martínez” dirigida por la señorita Herminia Franco. El cuarto grado lo cursó en Monterrey, en la escuela “Guillermo Prieto” y los grados quinto y sexto en la escuela “Beatriz Velasco de Alemán” ubicada en la Colonia Talleres, de ésta ciudad capital. En el sexto grado tuvo la fortuna de tener como maestro a Federico Ramírez, un apasionado del béisbol que incluyó en su equipo a “Keno” habilitándolo para que jugara como tercera base y cuarto bat.
Este equipo consiguió el campeonato nacional de las Ligas Pequeñas en 1959. El maestro Federico llevaría otro equipo después al campeonato de Latino América y a William Sport donde hicieron un magnífico papel; el “Keno” ya no formó parte de ese equipo porque había rebasado la edad y estaba fuera de la primaria.
Desde muy niño le gustaba tocar la guitarra y el piano. Era bueno en ambos instrumentos. Ya adolescente, formó parte del grupo musical llamado “Los Dinámicos” donde se inició como bajista. Posteriormente pasó al grupo “Los Rocket´s” famoso en el género del rock and roll. Después fue integrante del consolidado “Simón más Cuatro” con quienes participó en el Programa de TV “Muévanse Todos” que conducía Roberto Hernández Jr. teniendo como estrella a Vianey Valdés, y que se transmitía por el Canal 6 de TIM (Televisión Independiente de México).
En 1969 se fue a Reynosa para integrarse al famoso grupo “Los Yaqui” cuyo cantante principal era el legendario Beny Ibarra, con quienes viajó a la ciudad de México donde prácticamente “sentaron sus reales” alternando con los mejores grupos musicales del momento. En la capital participó en el Festival de Avándaro Valle de Bravo formando parte del grupo “Bandido” .
Como bajista acompañó a figuras artísticas de primer nivel, entre otras, a: “Los Castro”, María Medina, Guadalupe Pineda, Ana Gabriel, Angélica María, Fredy Noriega, José José, César Costa, Joao Enrique, el maestro Enrique Neri, Chabelo… Participó en varios programas de televisión como “Siempre en Domingo” conducido por Raúl Velasco, “Llévatelo” conducido por Paco Stanley (qepd), y en algunas películas al lado de Mario Moreno “Cantinflas” y de Manuel “El Loco” Valdés.
Eugenio Diego Guerrero, hijo de Gloria Martha “La Chacha”, maestra por vocación y convicción, amante de la música, compositora y ejecutante; con probada vena poética, y acendrado espíritu filantrópico vivió su corta vida convencido de que su familia era su mejor riqueza, así lo expresó muchas veces al que escribe, a mi madre, a la “Nena” (qepd) y a todos sus tíos y familiares políticos. El “Keno” tenía en su fisonomía lo que en el caló del pueblo llamamos “la firma de la casa”; sus facciones y las de mi tío “Manolo”, las de la “Nena” y las de mi madre, tenían gran similitud, era imposible no identificar en el a un “Guerrero”, guerrero en el apellido, en las facciones y en ese luchar eterno por llegar puntual a su cita, … como decía el filósofo griego Píndaro a sus discípulos: “Tu eres un proyecto vivo, llega a ser lo que eres”; así “Keno” cumplió puntual con su encomienda, llegó a ser lo que era: un muchacho de un corazón enorme, tan enorme que no le cabía en su pecho y lo mató, un ataque sorpresivo libró con este “Guerrero” una batalla mortal y la ganó el 27 de Diciembre de 1993. Ahora “Keno” tal vez, jugando beisbol, tocando el piano o el bajo, o simplemente sonriendo con esa alegría espontánea que llevó toda su vida, tal vez esté haciendo “pasar un buen rato” a los ángeles y a Dios.